Dice el talmud…

«El judio que derrame sangre de un goyim ofrece a Dios un sacrificio agradable». (Sepher Or Israel 177 b).

Dice el talmud…

«Si un judio tiene un sirviente o criado no judio que muere, no se le debe dar el pésame al judio, sino que debe decírsele: ‘Dios reemplazará tu pérdida como si uno de tus bueyes o asnos hubiese muerto’ «. (Jore dea 377, 1).

Dice el talmud…

«Jehová creó al no judio en forma humana para que el judio no sea servido por bestias. Por lo tanto, el no judio es un animal en forma humana, condenado a servir al judio de dia y de noche». (Midrasch Talpioth, 255 1, Warsaw 1.855).

Dice el talmud…

«Considera al Goyim (al no judío) como un animal bestial y feroz, y trátalo como tal. Pon tu celo y tu ingenio en destruirle». (Tomo 3, libro 2, cap. 4, art. 5).

Dice el talmud…

En Schultchan Aruch, Choszen Hamiszpat 348 que dice:

«Toda la propiedad de otras naciones pertenece a la nación judía, que por lo tanto ha el derecho para agarrarla sin ningun escrupulo. Un judío ortodoxo no está limitado para observar principios de la moralidad hacía la gente de otras tribus. Él puede actuar contrario a la moralidad, si es provechoso a si mismo o a los judíos en general».

Dice el talmud…

«Por nuestras bromas y por nuestros ataques haremos a sus sacerdotes ridículos y eventualmente odiosos, su religión como ridícula, como odiosa, como sus sacerdotes. Haremos amos de sus almas, porque nuestro accesorio piadoso a nuestra religión probará a ellos que serán nuestra posesión.»

«Por nuestras bromas y por nuestros ataques haremos a sus sacerdotes ridículos y eventualmente odiosos, su religión como ridícula, como odiosa, como sus sacerdotes. Haremos amos de sus almas, porque nuestro accesorio piadoso a nuestra religión probará a ellos que serán nuestra posesión.»

Leviticus (25:44-45)

Dice el Talmud…

«Todo judio que derrame la sangre de los sin Dios (no judios), hace lo mismo que un sacrificio a Dios».(Bammidber raba c. 21 y Jalkut 722).

Dice el talmud…

«EL QUE DERRAME SANGRE DE LOS NO JUDIOS OFRECE UN SACRIFICIO A DIOS» (Jalkut Simeoni ad Pentateucum)